Hoy, sus hijas continúan ese camino con la misma filosofía que su madre transmitió desde el primer día: escuchar, acompañar y cuidar a cada persona desde una mirada cercana, honesta y experta. El centro sigue evolucionando, incorporando nuevas técnicas, aparatología avanzada y cosmética de alta gama, pero sin perder nunca la esencia que Carmen dejó grabada en cada rincón.

Nuestro compromiso sigue siendo el mismo: ayudarte a sentirte bien, por dentro y por fuera, en un entorno acogedor, profesional y lleno de alma.
Porque cuidar de ti fue, es y seguirá siendo nuestra verdadera vocación.

Este centro lleva su nombre, pero sobre todo lleva su huella.